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La alteración del horario de verano se produce el último domingo de marzo con el objetivo principal de ahorrar energía, aunque numerosos estudios señalan las consecuencias de este acto en nuestra salud.

Mujer acostada en la cama que sufre de insomnio

En plena madrugada  del domingo 28 de marzo, a las 2.00, los relojes se adelantan una hora dándole la bienvenida al horario veraniego, por consiguiente, muchas personas sufren de trastornos de sueño, ansiedad y empeoramiento del estado de bienestar en general.

Aunque los parlamentarios europeos reconocen que no hay estudios concluyentes sobre la repercusión de estos cambios de hora en el cuerpo humano, afirman que hay suficientes indicios como para investigar y revisar esta medida.

El cambio al horario de verano es más brusco que el de finales de octubre, ya que perdemos una hora de sueño y nos cuesta más adaptarnos a avanzar una hora. Los expertos lo comparan con el jet lag, trastorno causado por un viaje largo en avión en el que se producen grandes cambios horarios.

Los más afectados

Los especialistas en Medicina Preventiva y Unidades del Sueño, explican que en la mayoría de los casos se trata de trastornos que suelen pasar en 3-4 días, aunque a partir de los 50 años las personas pueden necesitar algún día más para adaptarse.

Los mayores afectados al cambio suelen ser las personas mayores, las que sufren insomnio y los enfermos, ya que para ellos los cambios en sus rutinas de comidas y sueño sí que pueden tener una mayor repercusión.

Según una investigación de la Universidad de Alabama en Birmingham (EE. UU.) sostiene que la probabilidad de sufrir un infarto es un 10% mayor en los dos días siguientes al cambio de hora en marzo, en las personas que tienen factores de riesgo cardiovascular. En cambio, con el ajuste de hora de octubre, el riesgo disminuye.

Las personas que sufren depresión, ansiedad, cefaleas, migrañas o algunas enfermedades neurológicas pueden sufrir un empeoramiento de su estado. Aunque suele ser temporal, conviene que consulten al médico si otros años ha sido acentuado.

¿Qué es el insomnio?

Es una alteración de sueño que se manifiesta como la dificultad para conciliar el sueño, despertares tempranos en la madrugada o la sensación de no haber dormido bien. Según los últimos estudios de la Sociedad Española del Sueño (SES), un tercio de la población española lo sufre ocasionalmente y alrededor de un 12% lo padece de forma crónica, la mayoría debido al cambio de hora. Este trastorno hasta ahora afectaba más a las mujeres pero cada vez aparece con mayor frecuencia en hombres y jóvenes, debido al cambio en sus costumbres sociales. Sin embargo, pese a tratarse de un trastorno frecuente, solamente el 5% acude al médico para solicitar ayuda y medicación.

Las consecuencias del insomnio repercuten durante el día con falta de energía, cansancio o somnolencia, ansiedad, depresión, trastorno de memoria, reducción de la atención, irritabilidad o nerviosismo. El desvelo puede ser causa de múltiples trastornos que afectan a la calidad de vida, o a la capacidad laboral pudiendo ser motivo de accidentes en adultos y uno de los motivos del fracaso escolar en niños.

Si sufres insomnio,  desde la farmacia Jon Uriarte te damos algunos consejos que te pueden ayudar a combatirlo eficazmente:

  1. No hacer ejercicio en las tres horas antes de irse a dormir ya que estimula nuestros músculos y acelera el ritmo cardiaco provocando una excitación física como psicológica. Aun así, dar un paseo siempre es recomendable. También hay que tener en cuenta el evitar baños calientes antes de acostarse y la realización de una actividad intensa prolongada a hasta bien entrada la noche porque produce excitación.
  2. Cenar dos horas antes de irnos a la cama para que nuestro cuerpo finalice la digestión antes de dormir. Durante las cenas, es preferible ingerir alimentos ligeros, sin carbohidratos y prescindir de bebidas alcohólicas o cafés y tés. Además, no es recomendable tomar ningún producto con cafeína después de las 5 de la tarde.
  3. Conviene respetar las horas de sueño, evitando las siestas e  intentando reposar en horas parecidas, las mejores horas para dormir son entre las 22 y 23 horas y se debe de descansar en un intervalo de 7 a 8 horas diarias.
  4. No usar el dormitorio como lugar de trabajo ni para otras actividades que no estén relacionadas con el descanso, disociándolo así con cualquier otra acción no compatible. Si después de media hora de estar acostado no se ha alcanzado el sueño, es aconsejable levantarse, salir del dormitorio y pasear o leer, ver la televisión, etc. hasta que reconciliemos el sueño otra vez.
  5. Dormir sobre materiales naturales, evitando los sintéticos para una mejor traspiración del cuerpo. Es recomendable mantener una temperatura entre los 18 y 20 grados y dormir completamente a oscuras para que la segregación de la melatonina sea completa. Además, dos horas antes de dormir dejar de utilizar aparatos electrónicos ni tener aparatos electrónicos conectados donde dormimos, incluso apagar el wifi en la casa por la noche para mejorar el descanso.
  6. Evitar auto medicarse con somníferos. Solo debemos tomárnoslo con prescripción medica sabiendo que es preferible utilizar dosis bajas, especialmente en personas mayores, y por un tiempo limitado, a veces  por periodos intermitentes y que no se deben suprimir bruscamente sino ir disminuyendo la dosis de forma progresiva, de acuerdo con su medico.

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