Mientras aumenta su toma sin prescripción, utilizarlos para infecciones víricas y la interrupción prematura de la pauta
La resistencia a los antibióticos volvió a situarse en el centro del debate sanitario tras la publicación del último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que señala que en 2024 y 2025 se ha intensificado la presencia de bacterias capaces de evadir tratamientos que hasta hace pocos años eran eficaces.
Los datos divulgados por el organismo apuntan a que las infecciones resistentes representan ya una proporción creciente de los casos registrados en centros hospitalarios europeos, con incrementos significativos en patógenos habituales como Escherichia coli y Klebsiella pneumoniae.
35.000 muertes al año
En Europa, el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC) ha advertido de que las infecciones provocadas por bacterias multirresistentes causan más de 35.000 muertes al año en la Unión Europea, una cifra que, según el organismo, podría aumentar si no se refuerzan las medidas de control del uso de antimicrobianos. El informe de 2025 del ECDC confirma además un ascenso sostenido de las resistencias en varios países del entorno, con especial preocupación por las infecciones urinarias y respiratorias que requieren hospitalización.
Las autoridades sanitarias españolas han reconocido que la tendencia también afecta al sistema nacional. Aunque los datos más recientes del Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN) aún no incluyen desglose autonómico para 2025, fuentes del programa admiten que la evolución en España sigue pautas similares a las observadas en el conjunto europeo. En el ámbito hospitalario, profesionales de microbiología clínica consultados en centros del norte del país describen un aumento paulatino de aislamientos resistentes en servicios de urgencias y plantas médicas, especialmente en pacientes vulnerables.
Uso incorrecto de los antibióticos
El fenómeno no solo preocupa por la gravedad de las infecciones que provoca, sino porque una parte significativa de la expansión de la resistencia está vinculada al consumo incorrecto de antibióticos en la comunidad. Tanto el PRAN como la OMS coinciden en señalar que la utilización inapropiada —incluido el inicio de tratamientos sin prescripción, la toma de antibióticos para infecciones víricas y la interrupción prematura de la pauta— sigue siendo uno de los factores que alimenta la aparición y propagación de cepas resistentes.
La falta de adherencia a los tratamientos es uno de los puntos críticos. En consultas de atención primaria y farmacias de distintas comunidades autónomas, los profesionales describen un patrón que se repite: pacientes que interrumpen la medicación cuando notan mejoría, sin completar los días indicados. Esta práctica permite que una parte de las bacterias sobreviva al tratamiento, se multiplique y pueda desarrollar mecanismos de defensa frente al antibiótico utilizado. El resultado es un incremento de infecciones recurrentes, tratamientos más largos y la necesidad de recurrir a fármacos de segunda o tercera línea.
Preocupación en Osakidetza
En Euskadi, profesionales de los servicios de salud consultados reconocen que la Comunidad no es ajena al problema. Aunque no se han hecho públicos datos autonómicos recientes, especialistas en enfermedades infecciosas del entorno hospitalario vasco advierten de que cada año aumenta el número de pacientes que acuden con infecciones que requieren combinaciones antibióticas más potentes o tratamientos intravenosos. El uso inadecuado de antibióticos en la comunidad, señalan, sigue siendo una de las principales preocupaciones en las campañas de educación sanitaria impulsadas desde Osakidetza y los colegios profesionales.
Los expertos coinciden en que el escenario actual obliga a redoblar la vigilancia y mejorar la información a los ciudadanos. La venta de antibióticos sin receta está prohibida, pero el mal uso persiste por prácticas como guardar restos de tratamientos anteriores, automedicarse con fármacos sobrantes o presionar para recibir antibióticos en cuadros que no los requieren. La OMS recuerda que aproximadamente la mitad de los antibióticos prescritos en el ámbito comunitario podrían haberse evitado o utilizado de manera distinta.
Papel de las farmacias
En este contexto, las farmacias comunitarias desempeñan un papel destacado. Su posición como primer punto de contacto con el paciente les permite reforzar la información sobre la importancia de completar los ciclos de tratamiento, aclarar dudas sobre la pauta prescrita y detectar posibles comportamientos de riesgo en el uso de estos medicamentos.
Farmacia Jon Uriarte, en línea con estas recomendaciones, participa en las campañas de sensibilización y recuerda a sus usuarios la necesidad de cumplir estrictamente la duración y dosis indicadas en cada tratamiento antibiótico para contribuir, desde la práctica diaria, a frenar la expansión de la resistencia bacteriana.




