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Desplazando a otros tratamientos tradicionales en spray o gotas

La creciente circulación de virus respiratorios ha impulsado un aumento en la utilización de soluciones de agua de mar para la higiene nasal, un método que profesionales sanitarios consideran eficaz para aliviar congestión, arrastre mucoso y molestias derivadas de rinitis y catarros.

En farmacias y centros de atención primaria se observa desde hace varias campañas un incremento en la recomendación de estos productos, tanto en adultos como en población pediátrica, debido a su perfil seguro y a la ausencia de efectos secundarios relevantes.

Los especialistas consultados señalan que los lavados nasales con agua de mar ofrecen un mecanismo físico de arrastre que ayuda a limpiar secreciones, humedecer las mucosas y reducir la obstrucción, algo especialmente útil en procesos en los que la inflamación de los conductos nasales dificulta la respiración. El procedimiento, habitual en diversos países desde hace años, se ha extendido de forma generalizada en España y figura ya entre las medidas de higiene recomendadas para mantener la vía aérea superior en condiciones óptimas durante los meses fríos.

Aguas isotónicas e hipertónicas

La oferta de productos disponibles incluye dos formulaciones principales: las aguas isotónicas y las aguas hipertónicas. Ambas proceden de agua de mar tratada y esterilizada, pero presentan diferencias en su concentración de sales y, por tanto, en su efecto fisiológico.

Las soluciones isotónicas tienen una salinidad similar a la de los fluidos del organismo y se emplean principalmente para la limpieza diaria, la hidratación de las fosas nasales y la prevención de irritaciones. Su uso es habitual en niños pequeños y en situaciones en las que se busca un lavado suave y continuado.

Las soluciones hipertónicas, con una concentración de sales superior a la fisiológica, generan un efecto osmótico que favorece la descongestión. Según explican otorrinolaringólogos consultados, esta mayor salinidad ayuda a reducir la inflamación de la mucosa nasal y a disminuir el volumen de líquido en los tejidos, lo que se traduce en una sensación de apertura de las vías respiratorias.

Estas formulaciones suelen recomendarse en cuadros de congestión marcada, rinitis alérgica o episodios de mucosidad espesa, aunque se aconseja seguir las indicaciones del profesional para evitar un uso excesivo.

El empleo de agua de mar ha desplazado en parte a otros tratamientos tradicionales, como los descongestionantes tópicos, en spray o gotas cuyo uso prolongado no está indicado por el riesgo de provocar efecto rebote. Los lavados nasales, en cambio, pueden utilizarse de forma continuada y se integran con frecuencia en las medidas no farmacológicas que se recomiendan en procesos virales comunes. Los pediatras destacan, además, que facilitan la alimentación y el descanso en bebés que no pueden expulsar secreciones por sí mismos.

Descongestión y prevención

Durante los últimos años, las farmacias han registrado un incremento sostenido en la demanda de estos productos, especialmente en otoño e invierno. Profesionales del sector indican que el público ha incorporado progresivamente estas soluciones a su botiquín doméstico, no solo como tratamiento ante la congestión, sino también como método preventivo en épocas de alta circulación de patógenos respiratorios. El uso continuado, señalan, contribuye a mantener la mucosa nasal en mejor estado y a reducir la sensación de obstrucción que acompaña a muchos procesos catarrales.

Farmacia Jon Uriarte confirma esta tendencia y destaca que cada vez son más los usuarios que solicitan asesoramiento sobre cuándo elegir una solución isotónica o hipertónica, así como la forma adecuada de aplicarla. Recuerda que estos lavados pueden ser una herramienta útil en el cuidado respiratorio diario y subraya la importancia de seleccionar el producto adecuado en función de la edad, el estado de la mucosa y el nivel de congestión del paciente.