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Cada 25 de mayo se celebra el Día Mundial de la Tiroides, cuyo objetivo principal es dar a conocer las enfermedades que afectan a esta glándula de nuestro organismo y el impacto en la salud de las personas a cualquier edad.

Más de 3 millones de personas en el mundo padecen problemas de tiroides, según datos de la Federación Internacional de Tiroides (TFI) que asegura que las mujeres son ocho veces más propensas que los hombres de padecer este tipo de enfermedades. 

La tiroides,  es una glándula en forma de mariposa ubicada en el centro del cuello, debajo de la laringe (conocida popularmente como la manzana de adán) y por encima del esternón. Produce dos hormonas: la T3 y T4,  que regulan la forma en que el cuerpo utiliza y almacena energía (metabolismo), y son indispensables para el normal funcionamiento de prácticamente todos los órganos del cuerpo.

Por esta razón, se podría decir que la glándula tiroides es el origen de muchos desajustes en la salud. A continuación, os explicaremos cada uno de los tres tipos de enfermedades que existen dentro del ámbito de la tiroides.

Hipotiroidismo (tiroides hipoactiva)

Se origina cuando la glándula tiroides no produce suficiente cantidad de la hormona T4. Una tiroides hipoactiva puede deberse a que la glándula pituitaria, el hipotálamo o la tiroides no funcionen adecuadamente. Aproximadamente un cinco por ciento de la población tiene una tiroides hipoactiva y sus síntomas principales son:

  • colesterol elevado
  • depresión
  • fatiga
  • caída del cabello
  • pérdida de la memoria
  • piel extremadamente seca
  • sensación de frío
  • estreñimiento

Hipertiroidismo (tiroides hiperactiva)

Aparece cuando la tiroides produce más hormona tiroideas de las que el cuerpo necesita, algo poco común y que afecta mucho más a las mujeres. Una tiroides hiperactiva es consecuencia de que el hipotálamo, la glándula pituitaria, o la glándula tiroides en sí misma no están funcionando adecuadamente.

Los síntomas de una tiroides hiperactiva incluyen:

  • inquietud
  • excitación
  • temblores
  • pérdida de peso
  • frecuencia cardíaca acelerada
  • sudoración
  • intolerancia al calor
  • flujo menstrual irregular
  • afinamiento del cabello
  • cambios en el sueño
  • movimientos intestinales frecuentes
  • bocio, un agrandamiento de la glándula tiroides que se ve como una gran masa que sobresale del cuello, está causado por la producción excesiva de hormona en la glándula.

Las personas de edad avanzada podrían presentar arritmias (ritmo cardíaco irregular), insuficiencia cardíaca y confusión mental (delirio). Si no se trata adecuadamente, los pacientes pueden sufrir una «tormenta tiroidea» con presión arterial alta, insuficiencia cardíaca y fiebre llegándose a situaciones críticas que requieren de atención médica urgente.

Cáncer de la tiroides

El cáncer de tiroides es consecuencia de un cambio en las células de la tiroides, multiplicándose exageradamente hasta formar nódulos cancerosos que se diseminan hacia los ganglios linfáticos, los tejidos circundantes, y el torrente sanguíneo. El cáncer de tiroides no es muy común y generalmente tiene cura pero su tasa ha aumentado progresivamente durante los últimos 30 años. Este desajuste, genera síntomas como:

  • Cansancio
  • Somnolencia
  • Aumento de peso
  • Sequedad de la piel
  • Caída del cabello
  • Intolerancia al frío
  • Irregularidades en el ciclo menstrual
  • Baja frecuencia cardíaca

A la hora de detectar si una persona padece de tiroides, se deben tener en cuenta diversos aspectos como los síntomas permanentes, la edad o la herencia genética. En todos los recién nacidos es obligatorio por ley descartar el hipotiroidismo mediante  la extracción de sangre del  talón entre el segundo y tercer día de vida. Sin embargo, en el adulto, el interrogatorio, el examen físico que incluye la detección de bocio y un sencillo análisis de sangre para la determinación de TSH (hormona que estimula a la tiroides) permitirán, por lo general, establecer el diagnóstico.

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