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Los virus que causan el resfriado se desenvuelven mejor en bajas temperaturas

Con la llegada del otoño vuelve a colarse el frío en nuestras casas y con ello proliferan los casos de gripes y resfriados. Dolor de cabeza, congestión nasal o estornudos no sólo son síntomas del COVID-19, sino que también lo son de estas enfermedades respiratorias que vuelven tras el calor.

Resfriados vs Gripes: las diferencias

Ambas afecciones son de índole vírica; es decir, están causadas por virus. Por un lado, la gripe es provocada por el microorganismo Influenzavirus; y el resfriado lo causan un cóctel de patógenos, donde los rinovirus son los más abundantes.

Los resfriados afectan principalmente a los más pequeños y a las personas mayores. Se calcula que los niños sufren entre 4 y 8 resfriados cada año, mientras que los adultos entre 2 y 3 veces.

La principal diferencia entre ambas infecciones es que los resfriados cursan sin producir fiebre alta, mientras que la gripe suele aparecer episodios febriles que llegan a oscilar entre los 38ºC y 40ºC y que pueden ocasionar situaciones de mayor gravedad.

¿Cómo llegan hasta nuestro cuerpo?

La respuesta es sencilla, la temperatura es un factor esencial para su replicación. Su temperatura óptima ronda entre los 33 y 35º que corresponde con la que encontramos en las fosas nasales y las vías respiratorias. Y justo allí los virus encuentran un lugar especial en nuestro cuerpo donde poder vivir y reproducirse.

¿Por qué hay más en invierno?

Durante la estación más fría del año pasamos más tiempo resguardándonos en lugares cerrados, como nuestra casa o una cafetería. Allí compartimos aire y microbios con otras personas, lo que aumenta las posibilidades de infección.

Pero además cuando encendemos la calefacción resecamos el ambiente y disminuyen las capas de mucosa de las vías respiratorias que nos sirven de barrera contra los microorganismos. Por ello, la ausencia de esa mucosidad también implica la desaparición de esa auto-protección.

Consejos para combatir un resfriado

El propio cuerpo se encargará con el sistema inmunitario de destruir las células infectadas, pero podemos ayudarlo para hacerlo desaparecer cuanto antes con los siguientes consejos:

  • Bebe más líquido, para mantener una buena hidratación corporal.
  • Apaga la calefacción o baja su temperatura, ayudará a reducir la sequedad ambiental.
  • Descansa lo máximo posible.
  • Lávate las manos con frecuencia para evitar que los microorganismos entren a nuestro cuerpo al tocarnos la cara.
  • Evita fumar y los espacios con humo. El tabaco irrita la garganta y las mucosas.
  • Haz gárgaras con agua caliente con limón y miel, su acción aliviará el dolor de garganta.
  • Recurre a soluciones salinas o vahos de eucalipto para aliviar la congestión.

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