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frutas verduras patata madera estetoscopio diureticos adelgazarLos diuréticos, comúnmente denominados «píldoras de agua», son complementos dietéticos que promueven la diuresis, es decir, ayudan a los riñones a eliminar el exceso de agua y de sal de nuestro cuerpo a través de la orina. Por ello, tienen importantes aplicaciones en los trastornos renales y cardiovasculares.

Por norma general, suelen ser los primeros fármacos que receta un especialista cuando quiere controlar la presión arterial. Las personas con insuficiencia cardíaca que a menudo aumentan de peso a causa del edema (una retención excesiva de líquido), normalmente reciben medicamentos diuréticos recetados. Aún y todo, es importante mencionar que estos complementos dietéticos pueden ayudar a bajar de peso, pero no eliminan la grasa corporal.

Tipos

Existen tres tipos de diuréticos. Cada uno genera un efecto diferente en nuestro cuerpo, por lo que todo dependerá de tu salud y de la afección a tratar.

Los tiazídicos son eficaces para la hipertensión; por lo que reducen el riesgo de sufrir un ictus o un fallo cardíaco. Son útiles a la hora de prevenir cálculos renales y con una dosis adecuada, ayudan a disminuir el volumen extracelular.

Los diuréticos de asa, entre los tres tipos existentes, son los más potentes. Se prescriben comúnmente para controlar los síntomas del edema, como el hinchazón de las piernas o la disnea, y la sobrecarga de líquidos. A diferencia de los tiazídicos, se puede aumentar la dosis para obtener un mayor efecto.

Por su parte, los ahorradores de potasio incrementan la pérdida renal de agua y de electrolitos, pero el potasio permanece en nuestro organismo; al contrario de lo que ocurre con los tiazídicos y los de asa.

Diuréticos naturales

Además de los diuréticos farmacológicos, las frutas y las verduras que podemos incluir en nuestra dieta también nos van a ayudar a disminuir la retención de líquidos. Cabe señalar que la mayoría de este tipo de alimentos se componen de agua y de antioxidantes que optimizan las funciones renales y regulan la cantidad de fluidos.

Entre ellos, se encuentran la sandía, el tomate, el pepino, la zanahoria, la berenjena, las uvas, los espárragos, la lechuga, la avena, la remolacha o si preferimos algo 100% líquido, el zumo de arándano o el té verde también es recomendable.

Asimismo, podemos reducir el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas como la carne o los productos de bollería, pues inciden en la retención de líquidos y aumentan la producción de toxinas.

Interacción farmacológica

Los diuréticos pueden compaginarse con otra serie de sustancias y medicamentos como los agentes antihipertensivos, los anticoagulantes, los laxantes o los antibióticos. Sin embargo, es importante consultar previamente con nuestro médico o especialista la posibilidad de compaginar estos fármacos con los diuréticos para conocer los efectos que pueden generar en nuestro organismo.

Es importante tener en mente los riesgos a los que nos exponen los diuréticos; como la deshidratación, los vértigos o los mareos, una mayor sensibilización de la piel, la sensación de fatiga o la hipotensión.

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