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Cada vez es más habitual encontrarnos con padres que creen que hay que medicar a sus hijos con antibióticos al primer síntoma de catarro. Por suerte, podríamos decir que casi el 90% d las infecciones que sufrimos durante la infancia son de carácter vírico, no bacteriano. Por lo tanto, es más que probable que si un niño tiene tos, congestión o incluso fiebre, esta venga provocada por un virus, así que lo recomendado sería aliviar el malestar con un analgésico.

La automedicación es una práctica muy extendida que puede tener consecuencias. Es muy común darle a nuestro hijo un medicamento que nos haya dado buen resultado anteriormente, sin pedir opinión a un especialista. Error. Puede que estemos identificando los síntomas como parte de una enfermedad o proceso, y que en realidad sea otra, o que los medicamentos que nosotros creemos adecuados, en realidad no lo sean.

En contra de lo que muchos españoles creen, los antibióticos no matan virus, solo bacterias, y tampoco sirven para curar un resfriado o una gripe. Su uso en estos casos es completamente desaconsejable.

Uno de los principales riesgos de la automedicación en menores es crear inmunidad ante los medicamentos. Si le damos a nuestro hijo un medicamento que no necesita, podemos provocar que se vuelva inmune, lo que puede suponer un riesgo grave si en un futuro realmente necesita ese tratamiento, porque ya no le hará efecto.

Por eso, en Farmacia Jon Uriarte te recomendamos que no optes por la automedicación, y menos aún en el caso de los niños.  Si tu hijo está enfermo, llévale médico o, en su defecto, a tu farmacia de confianza, donde le diagnosticarán y recomendarán el mejor tratamiento para su afección.

Con la salud no te la juegues, ponte siempre en manos de expertos.

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