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El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa progresiva sin causa definida, caracterizada por el desarrollo de síntomas motores tales como lentitud, rigidez, temblor en reposo y alteración de los reflejos posturales, además de poder asociar problemas de equilibrio y del habla. También se asocia con síntomas no motores tales como los problemas de memoria y el deterioro cognitivo progresivo, la depresión, la pérdida de la motivación, las conductas compulsivas y las alucinaciones entre otros.

La enfermedad de Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente por detrás del Alzheimer. Afecta aproximadamente al 1% de la población española por encima de 60 años y la tendencia a padecerla es al alza. El motivo de este incremento es el progresivo envejecimiento de nuestra población ya que la edad es el factor de riesgo más importante. La incidencia de Alzheimer y enfermedad de Parkinson aumenta con la edad, aunque también existen variantes de «inicio-temprano».

Casi todos los estudios epidemiológicos han mostrado que tanto la incidencia como la prevalencia de la Enfermedad de Parkinson es de 1,5 a 2 veces mayor en hombres que en mujeres, además existe mayor riesgo en poblaciones hispanas.

Causas principales

Se cree que algunos pesticidas y toxinas, junto a cierta predisposición genética, podrían ser los desencadenantes de la enfermedad.

También se estudia la posibilidad de que el origen se encuentre en los radicales libres, moléculas que desencadenan un proceso de oxidación que daña los tejidos y las neuronas.

El genético es otro de los factores barajados como causantes de esta patología. Existen algunas formas de Parkinson hereditarias en algunos grupos de familias, por lo que la investigación genética puede ayudar a comprender el desarrollo y funcionamiento de la enfermedad. 

Síntomas

Estos son algunos signos o síntomas que puedes sufrirse de forma conjunta o por separado. En cuanto sea consciente de ellos acuda a su médico ya que un diagnóstico temprano le ayudará a tener una vida más larga y saludable.

  • Rigidez muscular: Resistencia a mover las extremidades, hipertonía muscular.
  • Bradicinesia: Lentitud de movimientos voluntarios y automáticos. Falta de expresión de la cara. Escritura lenta y pequeña (micrografía). Torpeza manipulativa.
  • Anomalías posturales: Inclinación del tronco y la cabeza hacia delante. Codos y rodillas están como encogidos.
  • Anomalías al andar: Marcha lenta, arrastrando los pies. A veces se dan pasos rápidos y cortos (festinación), con dificultad para pararse. Episodios de bloqueo (los pies parecen que están pegados al suelo).
  • Trastorno del equilibrio: Reflejos alterados, fáciles caídas.
  • Trastornos del sueño: insomnio para coger el primer sueño, sueño muy fragmentado en la noche, despertarse muy temprano y no volver a dormirse, pesadillas vívidas, gritos nocturnos, somnolencia diurna…

Parkinson y Alzheimer

La evidencia creciente sugiere una superposición entre la enfermedad de Alzheimer y la fisiopatología de la enfermedad de Parkinson (EP) en un subconjunto de pacientes. De hecho, el 50-80% de los casos de autopsias con un diagnóstico clínico-patológico primario de enfermedad con cuerpos de Lewy, que se manifiesta más comúnmente durante la vida como enfermedad de Parkinson, tienen patologías concomitantes de beta amiloide y tau, las patologías definitorias de la enfermedad de Alzheimer. Esto es especialmente relevante en edades avanzadas. Por lo tanto, en pacientes con enfermedad de Parkinson que desarrollan disfunción cognitiva, es muy probable que influya el poder presentar enfermedad de Alzheimer al mismo tiempo.

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