Las abundantes precipitaciones que han dejado el otoño y el invierno hacen prever niveles de polen elevados durante los próximos meses.
Aunque el polen de plantas resulta inofensivo para la mayoría de las personas, el organismo de los pacientes alérgicos lo identifica como un agente invasor y libera sustancias como la histamina para protegerse. En consecuencia, resurgen varios síntomas comunes como; los estornudos, la secreción nasal acuosa, el picor de nariz y el lagrimeo, pero también enfermedades que, de no tratarse adecuadamente, pueden resultar graves, como es el caso del asma alérgica.
Además, un reciente estudio internacional, con más de 150 investigadores de 31 países diferentes, sostienen que el nivel de polen en la atmosfera es un factor importante de riesgo para el contagio de Covid-19, debido a que las altas concentraciones de polen pueden provocar una respuesta inmunitaria más débil al cuerpo humano.
“Las intensas nevadas que dejó el temporal Filomena y el posterior deshielo han favorecido el crecimiento y desarrollo de las plantas, mientras que las bajas temperaturas han contribuido a que enraícen mejor las gramíneas salvajes», afirma el doctor Julio Maset, médico de Cinfa.
Las gramíneas son las plantas que mas alergia al polen causa en nuestro país, con un total de siete millones de personas afectadas según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). Este tipo de polen crece de manera natural y llega a ocupar hasta el 20% de la superficie vegetal del mundo. Es habitual verlo crecer en áreas extensas y terrenos muy variados, como puede ser en campos de cultivo y descampados, hasta en los arcenes de las carreteras. Por otro lado, el ciprés, también causante de alergias, es muy abundante en áreas metropolitanas. Aunque libera grandes cantidades de polen, lo hace durante un periodo más corto de tiempo, de tres a cuatro semanas.
El uso de mascarillas
Este elemento puede hacer que la primavera sea diferente para las personas con alergia al polen: La mascarilla higiénica con su acción filtrante, ocasiona un grado de exposición al polen menor que otros años. Así, la mascarilla puede convertirse en la mejor aliada de los alérgicos, ya que llevarla puesta en la calle puede ayudar a reducir la exposición y a prevenir parte de los síntomas, especialmente la rinitis y el asma.
Consejos para la prevención de síntomas
Por último, no hay que olvidar que unas sencillas precauciones en el día a día siempre son necesarias para ayudar a controlar esas molestias alérgicas. Así como;
Realizar actividades dentro de casa en los días y las horas de mayor concentración de polen, conocer los niveles de polen antes de salir de casa y evitar remover partículas al realizar labores como cortar el césped o barrer la terraza, proteger la vista con gafas de sol, llevar mascarilla por la calle ya que reduce los síntomas al exponernos menos al polen, colocar filtros de aire tanto en casa como en el coche, cerrar las ventanillas de los vehículos a la hora de conducir, cambiarse de ropa al llegar a casa y consultar al farmacéutico en caso de tomar medicamentos específicos para las alergias como antihistamínicos ya que debes hacerlo siempre bajo supervisión médica, de forma regular y en la dosis recomendada por el especialista. Y recuerda que nunca debes mezclar estos medicamentos con alcohol.
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