Todos hemos tenido alguna vez dolores de espalda que nos han llegado a durar bastante tiempo y conviene saber que en ocasiones pueden llegar a ser graves si no tomamos las medidas necesarias. En el post de hoy os hablamos sobre las diferencias entre la lumbalgia y la lumbociática.
Denominamos lumbalgia al dolor localizado en la parte baja de la espalda, concretamente en la zona lumbar de la columna vertebral. Este trastorno fisiológico se produce por alteraciones en ligamentos, músculos y vértebras de dicha zona y puede extenderse hasta las piernas o miembros inferiores. Es importante diferenciarla de la lumbociática, una enfermedad que paraliza a la persona afectada con un dolor intenso que no le permite moverse o erguirse. Suele producirse tras un esfuerzo físico que rompe el anillo fibroso y la estructura pulposa que comprime al nervio.
Lumbalgia
Los síntomas más comunes de esta patología son el dolor local o irradiado, la inflamación y la presencia de contracturas musculares. También se le conoce como lumbago o dolor lumbosacro y puede afectar desde a los jóvenes hasta a los más mayores. Para evitar la aflicción, los expertos principalmente recomiendan mantener actividad física y cumplir las normas de higiene postural en las actividades cotidianas.
En torno a un 80% de la población ha tenido o se prevé que tendrá alguna lumbalgia durante su vida y un 70% de los jóvenes menores de 16 años ha experimentado este dolor de espalda. En general, el 85% de los casos tienen buen pronóstico y tan solo un 15% son crónicas y de difícil solución.
Puede tener diversas causas; por una parte, de origen inflamatorio, como la producida por un tipo de artritis llamada espondilitis anquilosante, que tiene mayor frecuencia en el varón joven. Por otra parte están las de origen mecánico, grupo en el que destacan los esguinces y distensiones y las fracturas o traumatismos, entre otros motivos.
Lumbociática o hernia discal
Esta enfermedad está caracterizada por un dolor que se propaga a lo largo del nervio ciático, pasa por el glúteo, la parte posterior del muslo, se prolonga hasta la pierna y termina en el pie. Comúnmente, también se conoce como hernia discal. Los principales factores que la desencadenan son el sobrepeso, el sedentarismo, el trabajo físico pesado y levantar objetos de manera inadecuada.
Puede haber casusas físicas, neoplásicas (tumores) o degenerativas que la originen. Si estas se producen de manera repentina, lo recomendable es aplicarse calor local, tomar algún analgésico o descansar. Acto seguido, una vez la persona se haya estabilizado, debe acudir al médico para realizar un diagnóstico clínico para determinar el tratamiento óptimo.
El objetivo del tratamiento médico es controlar el dolor con un relajante muscular y establecer medidas generales como el reposo, dormir sobre un colchón duro y recostado hacia el lado contrario del dolor colocando una almohada entre las rodillas para evitar que haya más elasticidad del nervio ciático y usar zapatos bajos.
Los especialistas también recomiendan la natación y los ejercicios de higiene de la columna, como la respiración abdomino-diafragmática, estiramientos generales de espalda o la disociación de cinturas, por ejemplo.
Para cualquier duda sobre la lumbalgia y la lumbociática o las fajas de protección lumbar, no dudéis en solicitar asesoramiento en Farmacia Jon Uriarte.
Fuentes: Cuídate Plus, La Vanguardia, debate