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corazon protegido

Comentábamos en nuestro post anterior que el colesterol no presenta síntomas síntomas físicos siendo necesario para si detección realizar análisis de sangre que a su vez nos sirvan para conocer cuanta carga hereditaria y genética tenemos de esta dolencia.

Por ello es conveniente que las personas con riesgo de padecer una dislipemia (alteración de los niveles normales de estas grasas), que tengan familiares con cardiopatía isquémica y otras enfermedades cardiovasculares, se sometan a esta prueba desde edades tempranas.

Niveles de colesterol y triglicéridos

Colesterol

Colesterol total

  • Normal: menos de 200 mg/dl
  • Normal-alto: entre 200 y 240 mg/dl. Se considera hipercolesterolemia a los niveles de colesterol total superiores a 200 mg/dl.
  • Alto: por encima de 240 mg/dl

Colesterol LDL

  • Normal: menos de 100 mg/dl
  • Normal-alto: de 100 a 160 mg/dl
  • Alto: por encima de 160 mg/dl

NOTA: Esta recomendación no significa que la cifra normal de LDL deba rondar los 100 mg/dl. En algunos casos, el nivel deseable de LDL puede ser incluso menor de 70 mg/dl.

Colesterol HDL

  • Normal: superior a 35 mg/dl en el hombre y 40 mg/dl en la mujer

Triglicéridos

  • Normal: menos de 150 mg/dl
  • Normal-alto: entre 100 y 500 mg/dl. Se considera hipertrigliceridemia a los niveles de triglicéridos superiores a 150-200 mg/dl
  • Alto: por encima de 500 mg/dl

Niños y mujeres

Cada vez son más los casos entre niños o jóvenes que debido a una incorrecta dieta y al sedentarismo se convierten en serios candidatos a padecer hipercolesterolemia en el futuro. En líneas generales, éstas deben ser las cifras de colesterol para niños y adolescentes:

  • Normal: menos de 170 mg/dl
  • Normal-alto: entre 170 y 199 mg/dl
  • Alto: por encima de 200 mg/dl

Durante el embarazo. Suele ser normal que la mujer sufra una alteración de los niveles lipídicos en sangre. Las embarazadas deben controlar sus cifras de colesterol y extremar el cuidado si son pacientes con hiperlipidemias previas.

Durante la menopausia. Se producen alteraciones en el patrón lipoprotéico relacionado con el descenso de los estrógenos: disminuye el HDL (colesterol bueno) y aumentan el colesterol total y el LDL (colesterol malo). Los médicos recomiendan la terapia hormonal sustitutoria (estrógenos y progesterona) o la terapia hormonal de estrógenos. Ambos tratamientos reducen las molestias habituales de la menopausia y previenen la osteoporosis. Además, en ocasiones, también pueden elevar ligeramente el HDL (colesterol bueno) y reducen el colesterol total.

Tratamiento y prevención

La hipercolesterolemia se puede prevenir siguiendo las siguientes recomendaciones:

  • Con una alimentación equilibrada y sin grasas saturadas. La dieta mediterránea es la idónea porque su aporte de grasas proviene fundamentalmente de los ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados presentes en el pescado y los aceites de oliva y de semillas. También es importante el consumo de vegetales, legumbres, cereales, hortalizas y frutas.
  • Haciendo un programa de ejercicio aeróbico (caminar, carrera suave, ciclismo, natación…), a intensidad moderada (65-70 por ciento de frecuencia cardiaca máxima) y desarrollado de manera regular (tres a cinco sesiones por semana), aumenta el HDL (colesterol bueno) y reduce el LDL (colesterol malo) y los niveles de triglicéridos.

Una vez diagnosticada la dislipemia, y si la dieta y el ejercicio físico no consiguen rebajar los niveles por si solos, el médico optará por un tratamiento con fármacos. La elección de los fármacos depende de la anomalía dominante: elevación del LDL (colesterol malo); elevación de los triglicéridos; o niveles elevados en ambos casos. Algunos de los fármacos para pacientes con colesterol elevado son:

  • Estatinas
  • Resinas de intercambio
  • Fitosteroles
  • Fibratos
  • Ezetimibe

Nunca se deben suspender la dieta ni los fármacos hasta que el médico lo indique.

Fuentes: Farmacia Jon Uriarte y Fundación Española del Corazón

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