La Navidad ya no es únicamente una celebración religiosa, es más, la espiritualidad de estas fechas está desapareciendo poco a poco, y está siendo sustituida por otros conceptos abstractos como el amor, la amistad o la felicidad. Y es aquí donde radica el problema, son conceptos abstractos que no tienen un único significado, pero que al universalizarse y compartirse, pueden generar expectativas basadas en las diferencias de entendimiento de estos conceptos. Para explicarlo más fácilmente, la felicidad no es igual para todos, y lo que a uno le hace feliz, a otro no tiene por qué. Esto hace que se generen falsas expectativas o complejos hacia lo que uno debe sentir ante la Navidad.
Identifica las causas
No te fustigues por sentirte triste, la tristeza es un sentimiento normal y común en el ser humano, y la felicidad no es una condición obligatoria. Por lo que, trata de relajarte y analiza cuáles son los motivos de tu infelicidad.
La soledad y el duelo hacia los que ya no están suelen ser las principales causas que generan el sentimiento de tristeza en estas fechas. Pero también tiene mucho que ver las expectativas que tanta comedia romántica ha provocado. La presión social genera cierta autoexigencia, a veces inconsciente, acerca del tipo de vida que hay que llevar en cada etapa de desarrollo. Durante las Navidades la unión familiar parece obligatoria y si no se demuestra e incluso se exhibe con total felicidad parece que la persona queda fuera de lugar.
Otra de las causas que pueden desencadenar tristeza es el estrés que existe alrededor de tanto acontecimiento y la organización de los mismos. Comidas de empresas, cenas con amigos, o las citas claves en estas fechas (Nochevieja y Nochebuena) requieren de cierta organización, y si esta recae en ti, puede generarte ansiedad complacer a todos.
Gestionar la tristeza
Como dejar de estar triste no es algo que se pueda hacer de la noche a la mañana por arte de magia, es importante contar con estrategias que permitan afrontar tu día a día sin que esta suponga una trabajo insalvable.
Algo que ayuda es, valga la redundancia, ayudar a los demás; ya que aporta sentido a la vida de cualquier persona. Asimismo, despertar sentimientos de felicidad en otros puede hacer que, mediante la empatía, se te contagien algunos.
Si lo que te produce tristeza es el recuerdo de aquellos que ya no están, no enfoques estos recuerdos como algo negativo, la muerte es algo natural y, como tal, hay que aceptarla. Céntrate en los que siguen contigo y disfruta de ellos el tiempo que puedas. Con respecto a los que ya se fueron, aprovecha esta idea para homenajear su memoria.
Y si la depresión es generada por un sentimiento de soledad, es entendible que estés triste. Entendemos que la soledad es difícil de sobrellevar, pero nadie está condenado a estar solo, y si aquellos que se supone que deberían de estar contigo no quieren, busca personas nuevas que se sientan como tú y organiza alguna quedada con ellos, porque la familia no son sólo aquellos con los que compartes sangre, sino aquellos a los que quieres y te quieren incondicionalmente.
FUENTE. Victor López. SANITAS.